viernes, 24 de abril de 2009

del coro al caño


Puesto que amplia es la plaza, tengo el atrevimiento de poner una canción y una historia a modo de pequeño homenaje a mi abuelo, a su compañero Joaquim Perdigao y a todos aquellos que creen que otro mundo es posible.
Vu que cette place est large, j'ose de vous presenter une chanson et une histoire en guise d'hommage à mon grand-père, a son compagnon Joaquim Perdigao et à tous ceux qui pensent que c'est possible un outre monde. (Desolé pour la salade de fautes d'ortographe et pour la manque du temps. J'espère que Mr. Google saura bien traduir et ne pas traïr)


Fernando José Salgueiro Maia
Abril 1944-Abril 1992

En el decisivo enfrentamiento de la calle del Arsenal, su sangre fría dio la victoria a la Revoluciónde los Claveles. Su serenidad frente al soldado que le apuntaba con la ametralladora de un blindado hizo que éste no pudiera apretar el gatillo. Esta serenidad, por un momento, congeló la historia.
Fueron el corage del joven capitán de las fuerzas rebeldes, la falta de decisión del comandante al mando de las tropas salazaristas y, sobre todo, la negativa del soldado a disparar, los factores que determinaron el feliz desenlace de aquella situación.
Así fue como se decidió el destino de la Revolución.
Un país comenzaba a andar.
Maia descansa en paz en Castelo de Vide.
Foto tomada el 25 de Abril de 1974 porAlfredo Cunha.


El hombre que no mató a Salgueiro Maia
"Además, considero que los que obedecen justifican la existencia de los que mandan ."
José Reyes Fernández: De Cómo Burlé al Ejército dos Veces y aún así Regresé de Cádiz Hecho un Hombre.


El 25 de Abril de 1974, tras la acordada señal de la conocida canción de José Afonso en Radio Renacimiento, varios destacamentos portugueses se alzaron contra la dictadura militar que sustituyó a la de Salazar (incapacitado para el gobierno en 1968). La revuelta fue organizada por oficiales de baja graduación (que la historia reconoció después como “los Capitanes de Abril”). Uno de ellos, Salgueiro Maia, condujo su columna desde Santarém hasta la misma Plaza del Carmo, frente a la sede del gobierno. Antes de que se rindiera éste, tuvo lugar un curioso suceso cerca de allí, en el Terreiro do Paço. En la película de María de Medeiros (Capitanes de Abril) se supone que es el mismo General Pais (director de la PIDE, la temible policía política del Régimen) quien protagoniza parte de este suceso, pero parece que en realidad fue el General de Brigada Junqueira dos Reis, leal al gobierno, quien cortó la Calle del Arsenal con un grupo de tiradores, el Regimiento de Caballería nº 7 y dos blindados, y conminó a los rebeldes a rendirse. Hasta él se acercó el muy joven Teniente Alfredo Assunção para exponerle la situación. Como única respuesta, el Teniente recibió tres puñetazos del General. Assunção no los devolvió. Encajó como pudo y volvió a sus posiciones.
Entonces Salgueiro Maia fue el que se acercó a mitad de camino entre sus posiciones y las de Junqueira dos Reis.
Es fascinante el personaje de Fernando José Salgueiro Maia, que murió en 1992, víctima de un cáncer, sin haber recibido ningún reconocimiento oficial por su participación en esa revuelta. Tras el golpe militar y el derrocamiento de la dictadura se negó en redondo a formar parte del nuevo gobierno y se reintegró a su unidad. Pero hoy no quiero hablar de él. Ya la historia lo ha mencionado mucho, y con toda justicia, ya que fue uno de los principales protagonistas de ese pedazo de la historia.
Junqueira dos Reis conminó a Maia para que se acercara hasta su retaguardia, y éste se negó, respondiendo que quería que el General se acercara hasta él para hablar en las mismas condiciones. Entonces Junqueira dos Reis se dirigió a uno de los alféreces que ocupaban la torreta de uno de los dos blindados y que empuñaba una ametralladora pesada y le ordenó que disparara sobre Maia.
Y esto, sólo esto, es lo que me anima hoy a escribir: Ese hombre se negó. Bajó de la torreta y fue inmediatamente detenido. Si la revolución de los claveles hubiera fracasado, habría sido, sin duda, fusilado. Pero ante su negativa, el otro soldado que ocupaba la torreta del blindado adyacente se quitó el casco y se bajó de su puesto. Y los tiradores se echaron el fusil al hombro y, dejando a Junqueira dos Reis gritando como un descosido (dio dos tiros al aire, incluso), se dirigieron a hablar con Maia. Y, según parece, un momento después volvían a su puesto, se montaban en los blindados y se unían a la columna de Maia.
La Revolución de los Claveles se saldó, finalmente, con cuatro muertos, todos civiles (desde una ventana de la sede de la PIDE alguien disparó con una ametralladora sobre la gente congregada ante su puerta).
Me ha costado encontrar el nombre de ese alférez, el hombre que no mató a Salgueiro Maia. Se llamaba Fernando Sottomayor.
Que no se pierda de la memoria el nombre de la gente que debe ser recordada. Que no se pierda. Nuestro concepto de la civilización puede depender de ello.
Tomado de http://lazonafotica.wordpress.com/2006/11/02/el-hombre-que-no-mato-a-salgueiro-maia/

Fernando Sotomayor
"Muchas veces me pregunto cómo fui capaz de hacer algo así".

El informe de la operación "Fim Regimen" cuenta que a las 10h45 del 25 de Abril de 1974 en la Ribeira das Nuas, junto al Terreiro do Paço,el alférez Fernando Sotomayor, al mando de un pelotón de carros de combate M47 del Regimiento de Caballería nº 7, se negó a obedecer la orden del general de brigada Junqueira dos Reis de disparar contra el capitán Maia. Ni tan siquiera el
hecho de tener una pistola apuntándo a su cabeza,consiguió que el joven oficial abriese fuego contra el comandante operacional de la Revolución de los Claveles. Por esta acción de desobediencia fue puesto inmediatamente bajo arresto por orden del general, 2º comandante de la región de Lisboa y responsable de las fuerzas que trataban de detener a la columna que venía de Santarem. Esa negativa evitó un baño de sangre entre los soldados portugueses y abrió el camino de la victoria a la Revolución de Abril.

Sotomayor a la izquierda. Foto tomada por Paulo Morais/lusa el 19 de Abril de 2009

"Muchas veces me pregunto cómo fui capaz de hacer algo así. Felizmente, todo salió bien" -recuerda 35 años después-. Incluso si su acción ha sido objeto de varios documentales y de la película de María de Medeiros, Capitanes de Abril, Fernando Sotomayor siempre ha estado al margen de las conmemoraciones de la Revolución y del protagonismo mediático hasta este año: Hace pocos días, el 18 de Abril, en Maelhada, compartió almuerzo con muchos de los ex-oficiales de la columna de Salgueiro Maia que salió de la Escola Prática de Cavalheria de Santarem. Sotomayor se sentó junto a los hombres que estaban entonces "del otro lado", comía junto a esos mismos hombres contra quienes no disparó y que 35 años después han querido homenajearlo e integrarlo en el lado de quienes acabaron con 40 años de dictadura en Portugal.
35 anos para encontrarlo, y ahora, 18 de Abril de 2009, aquí está.
Que su nombre no sea olvidado.

La historia reciente de Portugal nace en la calle, en la Ribeira das Nuas, en el momento en que un jóven alférez desobedece una orden. Este hecho pasó desapercibido tanto en el país vecino como entre nosotros. Pienso que un hecho, entonces, tan insignificante, no podía ser sospechoso de convertirse en el fiel de la balanza que indicase a todo un pueblo el camino hacia la libertad. Creo que 35 años es mucho tiempo para sacar del anonimato a un alférez que se negó a obedecer una orden.
Pienso que es hora de decir que estamos ante uno de los más grandes hombres de la historia reciente de Portugal: Su nombre es Fernando Sotomayor.
El hombre que no mató a Salgueiro Maia
El hombre y el nombre que deben ser nombrados y recordados.

1 comentario:

  1. manueldominguez.es donde teneis una pagina dedicada a salgueiro maia, mil gracias, te deseo toda la salud del mundo si quieres conetar conmigo entra en manueldominguez.es la luz roja es mi e-mail, quiero que seapas que te agradezco infinitamente tu echo mil gracias.
    ribeira.eu

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